miércoles, 27 de febrero de 2013

Quisiera que compliques mi vida...




Debería sentirme más tranquilo con lo que dije o hice, pero no es así. Es difícil expresar tan libremente lo que uno siente de verdad, pues cuando llega el momento de hablar, las ideas se mesclan, la lengua se traba y terminas comiendo casi todas las uñas de tus manos.

Deberían haberme visto, era un manojo de nervios.

Sé que debí contarlo esto hace mucho tiempo, pero es este tiempo que me ha ayudado descubrir mi verdadero sentimiento, profundizar sobre lo que quiero en están vida y saber si realmente estoy preparado para volver a amar a una persona.

La última vez, le confesé que me gustaba mucho, y me alegró bastante saber que ella comprendía mi situación y no se enojó, por el contrario, me brindó una confianza tan especial, haciendo que valore más su amistad. Desde ese momento me propuse no sentir nada más, pero en el corazón no se puede mandar.

Al verla sonreír como siempre, por ratos renegar, conociendo poco a poco sus emociones me fui dando cuenta que realmente estaba cayendo rendido a sus pies, es decir, estaba enamorándome  cada vez más fuerte. A veces cuando me quedo solo y ella parte rumbo a su casa, imagino que puede pasarle cualquier cosa en el camino y deseo en ese momento ser ese alguien que la cuida y le da seguridad. Llevarla a mi lado y darle todo el amor que realmente merece.

Sé que había planeado escribir todos los miércoles en este blog personal, pero hoy sucedieron cosas que realmente no puedo dejar pasar. Lo que no pude decirlo, hoy lo sabrán mis queridos lectores.

Mi peculiar despertador sonó a las 4 de la mañana, y el sueño se me había ido ya hace rato, un poco adolorido hice mi mayor esfuerzo y me levanté para realizar mi caminata rutinaria. Al llegar al parque vi a un joven que caminaba de un lugar a otro, como si tratara de pensar y hablaba en voz alta, lo poco que pude escuchar decía: “Tengo que hacerlo, sé que puedo y si tropiezo me levantaré como un guerrero…iré y lo enfrentaré, lo enfrentaré, sí eso haré”. Estas palabras calaron mucho en mí y fue quizás el estimulante para hacer lo que ya hace tiempo debí hacerlo.

Llegué a casa muy sudoroso, esperé un  poco y luego me fui a dar un ducha, a veces sentir el agua entre fría y tibia te ayuda a despejar las ideas, y así poco a poco, maquiné todo lo que haría. 

Toda la mañana revisé mis cuentas y esperé que saliera el orden de pago, pues mis fichas ya se estaban acabando, y coger del chanchito ahorrador no era conveniente, pero para mí mala suerte, hoy no salió ningún pago. No había planeado confesar mi amor tan prontamente. De pronto, ella estaba en línea, y mediante el Facebook conversamos, y como siempre terminamos riéndonos de todo, y es que, es tan agradable platicar y tenerla, saber que con cada cosa que digo o hago, ella sonríe.

De pronto nos sorprende una lluvia, qué clima loco no? Ella empieza a decirme cosas bonitas, según inspiradas en la lluvia, si es así entonces hoy le pediré a nuestro Padre Celestial que llueva todos los días.

De la nada acordamos vernos, o mejor dicho, pasaría a verla para acompañarla un rato. No existe mejor compañía y conversación que la suya y por supuesto nuestra amiga ‘La Chibola’. Pero el problema era que mis fichas estaban escasas. ¿Qué hago? ¿Cancelar todo? Fue entonces que busqué entre mis cosas y encontré un anillo de oro, que fue un recuerdo de años pasados. No quedaba de otra, tenía que venderlo si o si. Busqué a mi hermana y le ofrecí el objeto a cambio de un dinero, ella aceptó y yo feliz.

El camino era complicado, el tiempo se agotaba, joder ¿por qué siempre el tiempo va en mi contra? Quería ir a comprar una rosita curiosa y sorprenderla, pero no llegaría a tiempo. Bajé unas cuadras antes, de paso tenía que recoger un pedido, pero oh sorpresa! otro me ganó y se llevó el alimento para mis peces que había separado. El día no podía cerrarse tan mal, caminé  con un poco de bronca, pero me detuve en un pequeño jardín, fue un hermoso clavel que alegró mí tarde, casi noche, le pedí permiso al señor árbol y tomé ese clavel, sabía que ese detalle le gustaría.

Entre risas y sorpresas terminamos la charla con nuestra amiga ‘La Chibola’, no había planeado nada, estaba nulo de ideas, pero al parecer la noche y la lluvia estaban motivando para que se convierta en LA NOCHE.

Debía ganar tiempo, entonces inventé la excusa de ir a ver un acuario para comprar alimento, durante el camino pensaba y pensaba, ¿Cómo se lo digo? ¿Se burlará de mí? ¿Y si se enoja? Entonces traté de contarle una historia, poco creíble, al principio pensé que ella creería lo que hablaba, pero las ideas se mesclaron, perdí la noción del tiempo y espacio y poco a poco la mentira se me fue cayendo.

Y ahí estaba Yo, comiéndome las uñas, los nervios lo tenia a flor de piel, la garganta se me secó, busqué la manera de comer algo, pero ella no me dejó, miraba la hora y el tiempo se me agotaba. 

¡Dios mío!, ahí la tenía tan cerca, sonriente y presionándome para que diga la verdad, y entre mí decía: “Qué me pasa, por qué no puedo expresarle todo…qué me detiene” y de pronto algo se me vino a la mente, era una sensación como aquella primera vez, cuando entre nervios acepté que me había enamorado. Y fue así. 

Hoy puedo decir, sinceramente que sólo me enamorarme dos veces en mi vida, a los 17 años y ahora, a los 29 años, es realmente maravilloso sentir esto, a pesar que sufra un poco, pero qué delicia es sentir el palpitar acelerado de tu corazón. Que todo se resuma en su sonrisa, sus ojos, su piel, sus labios, su pelo, en todo. Eso para mí es el Amor, ir más allá de lo sexual, saber que con tal solo verla sonreír es como llenar de paz un corazón vacío.

De pronto, cogí sus manos y mirándola fijamente le dije: “Has dejado de gustarme, lo siento…pero ya no me gustas…ahora sé que Te Quiero…y…estoy enamorado de ti.”

Ella me miró sorprendida, y yo me comía las uñas de nervios, tenía muchas cosas por decirle, pero sabía que el tiempo estaba en nuestra contra, no sé si dije algún disparate luego, pero ella con esa forma tan especial de tratar me dijo que tenía que partir, su familia la esperaba. Pues fue un poco torpe al tratar de expresarle mis sentimientos, perdí tiempo, y eso jugó en mi contra.

Hoy no me siento tranquilo, me siento incompleto. Mi declaración de amor fue especial, y algo torpe quizás, no lo sé, de pronto cuando sea un anciano y tenga que contarles mis historias a mis nietos la recordaré con mucha pasión y amor como ahora lo siento.

No suelo ser un tipo que pide oportunidades, pienso que solo los que fallaron alguna vez están esperanzados en esas oportunidades. Yo busco ser más real, sé lo que siento y sé muy bien cuanto amor puedo dar, y estoy plenamente seguro de mis sentimientos. Y soy capaz de encender la llama de ese corazón apagado por la desilusión.

Este mensaje es para ti… sé que tu vida es complicada, ser mujer ya es una complicación jejejejeje…pero realmente me gustaría que tú compliques mi vida, sentir la adrenalina de las emociones prohibidas, despertar cada mañana y tener en mis labios tu nombre, dibujar en cada espacio de mi vida tus alegrías y penas, tus victorias y fracasos. Puedo decirte muchas cosas, pero no soy quien manda en tu corazón. 

Quizás mañana intentemos hablar de otras cosas, sé que pase lo que pase, siempre seremos muy buenos amigos, es maravilloso, sentir que me volví a enamorar y fue de mi mejor amiga. 

Muchos me han pedido que me aleje, pero eso complicaría más las cosas, yo estoy muy feliz de haberte dicho lo que siento, y sólo puedo pedirle a Dios que siempre te cuide y proteja.

Mi querida renegona, chinchosa, berrinchosa, amorosa, floja…qué más? Tienes suerte que no recuerdo mucho las cosas… pero has conseguido que mi corazón te ame de verdad.

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