jueves, 21 de febrero de 2013

¿Qué lugares nos sirven para meditar?



Las personas cuando queremos pensar salimos a caminar, o nos echamos en la cama mirando el techo, otros quizás se van a la playa y esperan el sunset, existen muchas formas para dedicar un tiempo a nosotros mismos.

La reflexión de hoy trata sobre eso: ¿Qué lugares nos sirven para meditar?

No sé si esto me pasa solo a mí, pero cuando quiero ordenar mis obligaciones diarias o tomar decisiones rápidas, suelo hacerlo mientras me cepillo los dientes.  Hay momentos en que demoro casi media hora y más creo, pensando y pensando, y cuando me doy cuenta, el cepillo lo tengo desgastado y sin nada de crema dental. No sé si será normal eso, pero me sirve de mucho.

Hay gente que recurre a los parques para meditar, la verdad a mí no me sirve, yo prefiero los parques pero para conversar con amigos o amigas, o con la persona que quieres. ¿Quién puede pensar con el ruido de los niños? ¿Quién puede pensar cuando ves a las parejitas de enamorados intercambiando flujo salival? Es imposible meditar en los parques.

Uno de mis lugares favoritos para pensar es la playa, pero no en pleno calor, sino cuando el sol se va ocultando, a eso lo llamamos ‘Sunset’, y si escuchas buena música en ese momento es realmente espectacular. Recuerdo que una vez andaba muy mal por la indiferencia de la chica que me flechó y sin pensarlo cogí un taxi y me fui a la playa. Esperé pacientemente, poco a poco el sol iba ocultándose, y era hermoso verlo, conforme se ocultaba iba contando mis penurias y sentí una paz tan grande dentro de mí. Se los recomiendo.

¿Alguna vez ustedes han caminado sin parar? 
Otra manera de pensar es saliendo a caminar, puedes ir de lugar en lugar, mirando cada cosas que sucede en la calle y quizás ahí encuentres respuestas a tus dilemas, eso suelo hacerlo casi siempre. Me gusta salir a caminar y a veces trotar desde las 5 de la mañana en un viejo parque. Es perfecto si lo acompañas con tus audífonos y buena música, al final no recuerdo cuantas vueltas le di al parque. 

Si tienen un acuario en casa es fabuloso. Desde muy chico me gustaron los peces, esta afición surgió cuando  mi hermana mayor trajo peces grandes y los colocó en un botellón de vidrio, yo me quedé fascinado, tanto así que, cogí una aguja gruesa y empecé a hincarlos sin piedad, poco a poco vi como morían esos animalitos, eso me hizo sentir mal y decidí corregir mi actitud. A los 12 años ya tenía mis primeros peces, y mi primer acuario fue un balde, luego con la ayuda de mi padre, compré una pecera de vidrio, ahí pude ver la maravilla de sus colores y rapidez para nadar.

Con los años aprendí a  armar un acuario, y es fascinante sentarse un momento y mirar toda la belleza que te brindan los acuarios, es muy relajante. Si tienes problemas o quieres meditar, te recomiendo tener un acuario en casa.

Hay momentos que necesitamos más privacidad, es ahí donde mi refugio favorito es mi cuarto, mi cama y Dios. No sé si me pasa sólo a mí, pero, echado en mi cama mirando el techo hablo en voz baja y converso con Dios, al menos eso pienso. Y me hace sentir muy bien, no necesito un puto cura ni nada de eso, a pesar que sea católico, mi mejor oyente y consejero es Dios. 

Y ustedes… ¿Qué lugares prefieren para meditar?   

Like the Post? Do share with your Friends.

1 comentario:

IconIconIconFollow Me on Pinterest