viernes, 22 de febrero de 2013

¿Qué cambios hemos tenido en nuestras vidas?



A veces tiene que suceder cosas extrañas para reaccionar y adoptar una nueva forma de ver la vida. Son los cambios que para bien o mal ayudan mucho en la madurez de las personas.

Hoy les contaré un poco acerca de los cambios buenos y malos que he tenido a lo largo de mis 29 años. ¡Oh Dios! Ya llego a los 30.

Cuando tenía 6 o quizás 7 años, no recuerdo bien, muchos por mi barrio vestían una camiseta de color crema, no sabía por qué, pero fue gracias a mi hermano mayor que descubrí el fanatismo por un club de fútbol  Escuchaba los gritos de gol y era emocionante, pero conforme pasaban los años, me di cuenta que ese color era un poco afeminado y no iba conmigo. Empecé a buscar camisetas llamativas y encontré una muy peculiar, de colores azul y blanco, era perfecta. Y claro que combinaba con mi color de piel. Y fue así como me volví hincha de Alianza Lima, uno de los mejores equipos de fútbol peruano.

Por el año 1994, el fenómeno de la cumbia norteña llegó con fuerza en todo Trujillo, y los grupos más famosos fueron Agua Marina y Armonía 10 de Piura, sus canciones tenían mucho sentimiento por ese primer amor, por el amor no correspondido y por las parranditas bailables. Así me volví fanático de Armonía 10, aprendí todas sus canciones y cuando estaba un poco deprimido, salía por la calle a cantarlas mientras caminaba por largo rato. No pasó mucho tiempo y este grupo sufre una baja importante, uno de sus cantantes decide separase e incursiona como solista. Les hablo del amigo Tony Rosado, quien para llamar la atención de los bailadores, utilizó las mejores canciones de Armonía 10 y las cantaba en todos sus conciertos. De inmediato me volví tan fanático que compré cancioneros, casettes y videos. Anhelaba algún día llegar a conocerlo, o por lo menos bailar en uno de sus conciertos.

¿Recuerdan el fenómeno Salserín…Servando y Florentino? Era una cosa de locos, las chicas gritando y coreando sus canciones, y los chicos adoptando los cortes de cabello, para estar a la moda, y claro, yo no podía ignorar eso. Algunos lo llamaban corte ‘honguito’, otros ´cabeza de libro´…y es que tenías que estar a la moda, pues la mayoría de los pandilleros tenían ese corte de cabello, aquellos que se peinaban normal eran presa de sus burlas. Si no te peinabas como ellos, te hacían a un lado, te ignoraban, las chicas no te hacían caso, y se imponía un cierto nivel de superioridad sobre los demás. Pero un buen día decidí cambiar, sabía que era una decisión muy difícil, pero necesitaba encontrar mi verdadera personalidad; no podía borrar la tremenda raya formada en mi cabeza, así que decidí raparme, me quedé calvito. Y así poco a poco con ayuda de una gorra traté de dominar mi cabello, conforme iba creciendo el pelo adquiría una forma extraña, parecían clavos.

Otro cambio que tuve en mi vida fue cuando elegí mi carrera profesional. Faltaban pocos días para acabar el año escolar, tenía las ideas claras, quería convertirme en un Arqueólogo, me gustaba mucho la historia, la tradición, las culturas, pero había algo que no me convencía. Mi madre al enterarse de la decisión se tomó el tiempo para aclararme las ideas, fue así que el mismo día de la inscripción decidí cambiar de carrera y opté por ‘Periodismo’. No me arrepiento, pero por ratos imagino cómo hubiera sido mi vida siendo un arqueólogo. 

En este mundo tienes que cambiar de rumbo en cualquier momento de tu vida, así sea para bien o para mal, lo importante es cambiar.

Quizás los cambios más importantes vinieron luego.

Me enamoré de alguien que no merecía mi cariño, idealicé demasiado su persona, esto trajo consigo una decepción tremenda en mi vida, y fue ahí donde decidí cambiar mi forma de amar a las mujeres. Prometí jamás enamorarme de nuevo, endurecí cruelmente mi corazón, y prometí que todas las chicas que llegaran a mi vida, solo servirían para entretenerme y pasar el rato. Idea torpe, pero necesitaba conocerme a mí mismo, saber hasta qué punto puedo llegar, eso trajo como consecuencia, mucho sufrimiento y soledad.

Muchos me han preguntado ¿Por qué decidiste salir de Perufolk? La respuesta es sencilla. Hay momentos en que te sientes cansado, la rutina, los cambios que no se dieron, y quizás las nuevas perspectivas económicas que encontré en otras áreas, motivaron que, decidiera alejarme de este medio. Siempre he sido muy agradecido con todos. En PeruFolk pude aplicar todas mis ideas e innovaciones y mejoré notablemente. Mi esencia se ha quedado ahí, y mi amigo Paúl aún las conserva. Un día decidí alejarme y tomar nuevos rumbos, enfrentar mis miedos y empezar a construir algo propio. 

Dos cambios muy radicales. Tengo que mencionar la operación que sufrí por tener cálculos en la vesícula. Antes yo podía comer de todo; un rico pollito frito, ceviche, arroz con mariscos, pan con chicharrón, tomar gaseosas y cerveza y más. Pero cuando comes y comes y no haces ejercicios, ahí si te friegas la salud, eso pasó conmigo. Subí de peso y esto ocasionó que aparecieran piedritas o cálculos en mi vesícula. No pasó mucho y tuvieron que operarme; el cambio vino en mi dieta alimenticia. Desde ese momento agregue a mi menú las pesadas ensaladas de verdura y fruta, tomar litros de agua, y evitar los licores, picantes y gaseosas. Trato de seguir la dieta, pero a veces me doy mis gustitos.

Un cambio que no esperé fue el perder la memoria. Hace muchos años sufría de constantes dolores de cabeza, era insoportable, me volví adicto a las pastillas, pero estaba dañando mi estómago. Fue así que visité a un Doctor, quien luego de varios análisis detecto que padecía de Sinusitis, me dio dos alternativas de ‘solución’: operación o tratamiento. Escogí la que pensé iba ser menos dolorosa.  El tratamiento consistía en colocarme dos inyecciones, no en brazo, menos en la nalga, ¿Dónde entonces? Pues era en la nuca, no podía imaginarlo, pero ya estaba ahí listo para ser sometido a esas terribles inyecciones. Supuestamente, el Doc. me dijo: “Sentirás un leve adormecimiento en tu cabeza, no te asustes…y luego toma estas pastillas y listo.” Jamás sentí ese adormecimiento, lo que vino después fue terrible.  Poco a poco los dolores de cabeza disminuyeron,  pero me di con la sorpresa que mis recuerdos iban desapareciendo. Por más que intentaba recordar no podía. Lo más bravo era cuando tenía compromisos, no asistía porque simplemente no me acordaba. Lo gracioso fue que, cuando tenía enamorada nueva, me costaba mucho recordar su nombre, cumpleaños, o número celular. Hasta ahora, ni yo mismo puedo recordar mi número de celular. Fue un cambio muy radical.

Antes tenía la idea de seguir soltero, disfrutar de las mujeres, pero creo que el cambio que experimenté ahora es muy bueno. Han pasado varios años y no tengo compromisos, no niego que ofertas para el amor, hay y seguirán existiendo, pero como le dije a una persona especial: “Ahora me doy el lujo de tomarme el tiempo para pensar si quiero o no quiere tener algo con alguien…no quiero lastimar ni menos que me lastimen…” Sé que algún día llegará esa compañera tan especial y será mi promesa de amor vivir intensamente para amarla y ser amado.

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